Cuando la multitud hoy muda, resuene como océano.

Louise Michel. 1871

¿Quién eres tú, muchacha sugestiva como el misterio y salvaje como el instinto?

Soy la anarquía


Émile Armand

martes, septiembre 9

Poeta muerta

Patricia Heras.

Pocas veces quedan tan al descubierto los engranajes de una sociedad autoritaria como cuando se conjuran al unísono contra la suerte de un individuo. La noche del 4 de febrero de 2006, Barcelona vio cómo, ante la falta de culpables concretos de un suceso, se detenía a varias personas inocentes bajo criterios claramente discriminatorios. Patricia ni siquiera se encontraba en el lugar de los hechos. Un accidente de bici y una visita al hospital donde se hallaban los primeros detenidos de esa noche, propició que la policía se hiciera con ella como una pieza más, cazada por sus vistosos colores. En este libro Patricia lo explica con todo detalle. Pero lo más grave es que la cosa no quedó en un mero abuso policial como hay tantos, sino que acabó convirtiéndose en una tormenta perfecta de la corrupción global de este sistema. Policías, políticos, jueces, periodistas, funcionarios, e incluso médicos... todos se aliaron para hacer de Patricia un chivo expiatorio que aliviara sus respectivos intereses en juego. Que todo indicara -pruebas incluidas- que ella era inocente, no sirvió más que para hacer más compacto el acuerdo del grupo siniestro de conjurados en el montaje. Al final, la muerte de Patricia no añadía nada a su inocencia, aunque quizá sí quitaba la venda de los ojos a los que aún creían en el sueño de una democracia podrida en sus cimientos.

Ediciones Capirote. Colección Los últimos libros. Barcelona 2014

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