Cuando la multitud hoy muda, resuene como océano.

Louise Michel. 1871

¿Quién eres tú, muchacha sugestiva como el misterio y salvaje como el instinto?

Soy la anarquía


Émile Armand

lunes, octubre 31

Naturismo y anarquismo: el naturismo libertario (II)


Vegetarianismo y desnudismo

A diferencia del resto de corrientes, el naturismo libertario une ambos caminos. Del vegetarianismo no es necesario añadir nada a lo dicho en otros apartados, pero del desnudismo sí.
El naturismo libertario no comparte la idea de la librecultura de que el estado natural de la humanidad es la desnudez. El escritor Laura Brunet en la muy conocida Desnudismo Integral. Una nueva visión de la vida (1931), manifiesta la postura libertaria en tres aspectos: constata la existencia regulada de cuando ir vestido y cuando no en todas las sociedades, sitúa el problema en la transformación de una cuestión de abrigo en un tema de orden moral -el vestidismo- y muestra la simpatía hacia la librecultura por su carácter progresista.
Esta perspectiva está reflejada también en la encuesta de la revista Iniciales con colaboraciones desde septiembre de 1929 hasta abril de 1931. La encuesta recoge la crítica del vestidismo y su simbología clasista, defiende las ventajas higiénicas de la desnudez, su estética, su belleza como ejemplo de salud y combate guiada por la evolución contra el menosprecio del cuerpo por parte de la moral cristiana. Colaboran, entre otros, Puente, Maymón, Martínez Novella, Augusto Moisés Alcrudo y Pierre Vachet. Como no podía ser de otra manera en una publicación individualista no deja de señalar que, mientras que tomar el sol es saludable, el hecho de estar moreno no te hace ni mejor ni peor, por esto, en primer lugar es preciso despertar el espíritu de libertad del individuo el cual ya encontrará su propio camino para desarrollarlo.

La pedagogía naturista libertaria

La pedagogía libertaria también recibe aportaciones de Rosell y de Maymón, ambos pedagogos y maestros como ya se ha dicho. Rosell no cree, debido a la degeneración de la especie, que se venga a éste mundo como una página en blanco donde el resultado final es debido a lo que en ella se escriba. Él propone, en cambio, una reeducación de la infancia para devolverlos a la armonía con la naturaleza. En esta forma no es necesaria ninguna acumulación de materias o instrucción precisándose, en cambio, un sistema educativo mixto diferente donde el maestro es una especie de hermano mayor -iniciador- en una escuela al aire libre, sin vacunas y con una alimentación vegetariana, donde lejos de castigos y de premios, se potencia el darse cuenta de la trascendencia, en relación a los demás, de las propias acciones y su incidencia en la mencionada armonía. El pedagogo sabadellense, utiliza narraciones de otras experiencias educativas suyas -Albores (1932), la más conocida- como medio de fomento y percepción de dicha trascendencia. Su pensamiento queda expuesto en Naturismo y Educación de la Infancia (1918):

«Nuestra finalidad es dejar obrar a la Naturaleza, amortiguar en la infancia todo lo que de ilógico, y pernicioso aparezca, todo lo absurdo y violento que se presente, (...).» (p.6)

En 1912 se constituye en Vitoria-Gasteiz la primera tropa de la Asociación Nacional de los Exploradores de España (boy scouts españoles). Promotores de ésta asociación paramilitar son el capitán de Caballería, Teodoro Iridier, y el periodista y escritor barcelonés Artur Cuyàs afincado en Madrid y director de la revista El Hogar Español, el cual, tres años después, es nombrado su comisario general. Rosell consciente de la incidencia de la educación en el pacifismo o belicismo de los pueblos, señala y denuncia la presencia de los valores y la organización militar en el asociacionismo de Exploradores detrás de una fachada de camaradería y contacto con la naturaleza.
Maymón, cree que la educación es cosa de las mujeres y tiene de estar dentro del naturismo pues la salud física lleva al desarrollo de la inteligencia y la educación de los sentimientos. Esto representa una autoeducación de las mujeres adultas en el naturismo por su propia salud y el ejemplo que tienen de dar a los hijos, mientras que a las niñas les es necesaria una asignatura específica, maternología, capaz de desarrollar el amor de madre. Maymón escribe gran cantidad de artículos tanto en la prensa anarquista como en la naturista aunque su pensamiento educativo de escuela única para niños y niñas sin distinción de clases sociales se recoge en Esbozo Racionalista (1932).
Entre el naturismo libertario también es reconocida la obra del maestro de Azuaga (Badajoz), Daniel L. Coello, titulada El Naturismo y la educación (1924), mucho más cercana a los postulados vegetariano naturistas en cuestiones como que la finalidad propia de la mujer es la maternidad.

La ciudad-campo

El ingeniero y maestro racionalista murciano Alfonso Martínez Rizo (1877-1951), se considera a si mismo un naturista diletante por ello además de sus series de artículos, entre 1933 y 1934, en la revista Helios sobre la contaminación urbana y la contaminación agrícola, en la misma publicación, durante 1925, describe la vivienda base de la ciudad-campo que, después, desarrolla en La urbanística del porvenir (1932) desde una perspectiva colectiva. En ella incluye, también, una crítica a la ciudad inorgánica del crecimiento desorganizado del capitalismo, una ciudad -antieconómica por los gastos y la perdida de tiempo originados por las distancias, -antihigiénica por las condiciones de vida en aglomeración de las clases populares y, -antisocial por facilitar la neurastenia y el arribismo.
La estructura de la ciudad-campo, supera la división de los dos medios al formar un tejido integrado en la naturaleza. La distancia entre casa y casa es de cien metros de campo. Debido a la extensión, Martínez Rizo, planifica unas grandes avenidas bordeadas de árboles y con dos vías peatonales, formando una red octogonal que al entrecruzarse crean cruces y aspas para facilitar la forma triangular de las casas. A lo largo de las avenidas una línea de fachadas de edificios dedicados al comercio y no aptos para vivienda, mientras que el resto de servicios como escuelas o mercados de abastos están en núcleos, separados por un kilómetro de campo, en las plazas circulares resultantes de la confluencia de dos calles en cruz y dos en aspa. El tejido se completa con tres zonas: la industrial, la de estudios y la de ocio, exclusivamente dedicadas a estas finalidades. Los únicos límites de la ciudad-campo son los naturales.
La urbanística del porvenir significa adaptar la idea de ciudad-campo a una situación urbanística ya existente; por esto, Martínez Rizo, suponiendo la previa desaparición de la especulación inmobiliaria propone las siguientes medidas:

  •    demolición del ochenta por ciento de las viviendas de ciudades como Madrid y Barcelona. 
  •    núcleos de población de cien mil habitantes. 
  •    creación de un comité de regularización de la migración. 
  •    reconversión de las casas adecuándolas a la nueva red.


La maternidad consciente

La teoría de Malthus del desigual crecimiento de la población en relación a los recursos para alimentarla, origina una nueva corriente, el neomalthusianismo, partidaria de difundir los métodos anticonceptivos.
El neomalthusianismo tiene eco en el movimiento libertario, pues permite la maternidad consciente -querida-, la cual, junto con la independencia económica de la mujer, representa los dos puntales de su liberación.
Isaac Puente es un gran difusor de los métodos anticonceptivos que, exceptuando la química, son los mismos de hoy en día. Aunque no todos en el mundo naturista opinan por igual, sí tomamos con referencia al colectivo de Iniciales y a Federico Urales, padre de Federica Montseny. Iniciales es partidaria del control de natalidad y distribuye el pesario «Fermita», pero esto no significa que no lo vea como algo antinatural, aunque menos natural es la miseria de las familias numerosas pobres, como dice Dróvar en «Quicio« (1934). Por otro lado, Urales no ve la necesidad del neomalthusianismo pues para él la naturaleza ya se regula sola y lo que le conviene al anarquista es librarse él y su descendencia de la explotación del capital, tal como expone en «Responsabilidad, personalidad, descendencia« (1925). El trofólogo Nicolás Capo tampoco es partidario de la anticoncepción, de hecho no le es necesaria pues la exclusiva función del copular -según él- es la reproducción. En «¿Somos los Naturistas Neomalthusianos o Tolstoianos?» (1934), trata de «anarquistas» a los adictos a los deberes matrimoniales. Capo, hace apología de la convivencia muy casta con una sola mujer, añadiendo que no se puede llamar hombre el que no aguanta un año sin relaciones. Ángel Benza en nombre de Pentalfa (1926-1937), la revista de Capo, dice en «El problema sexual y el Naturismo» (1935):

«El Naturismo aprueba, pues, que los que sepan transformar el exceso de la energía orgánica en energía superior, mental o espiritual, aprueba, digo, o se considera natural que no sientan necesidad del acto sexual, y que, en consecuencia, se abstengan de él.» (p.4)

Desde que Galton funda la eugenesia en 1860, va enraizando la idea de que la selección natural tiene de ser sustituida por la social para garantizar la continuidad de la especie. La eugenesia se divide en positiva o potenciación de la reproducción de los más aptos y en eugenesia negativa o restricción de la procreación de los no aptos, también llamados degenerados. En la práctica y desde los estamentos estatales conduce a leyes de esterilización, por esto, desde el mundo libertario, primeramente neomalthusiano, se encuentran interesantes los conocimientos eugenésicos pero se está contra la esterilización y se reivindica el derecho a la salud que garantice una descendencia sana dentro de una sociedad sana.
Antonia Maymón lo plantea así en «Naturismo»(1925):

«Es, pues, evidente, que juntándose la ignorancia progenitora con la injusticia social, resultan de esta unión generaciones cada vez más degeneradas, y de aquí también se colige que no es bastante transformar la actual organización social por otra más justa y racional que la presente, ya que mientras el hombre sea esclavo de la alimentación antinatural y de muchos de los vicios que hoy se tienen, por distracción, placer o recreo, no será apto para perpetuar la especie en las condiciones que reclama la naturaleza, a fin de que resulten más sanos, no solamente física, sino intelectual y moralmente.» (pp.21-22)

Desde las páginas de Generación Consciente/Estudios, revista libertaria emblemática, Puente, difunde extensamente el nomalthusianismo, la eugenesia y la medicina naturista en artículos como «Neomalthusianismo» (1930), «Eugenesia preventiva« (1925) o «Eugenia y Naturismo» (1928), popularizando, a su vez, el seudónimo «Un Médico Rural»

Las enfermedades sociales

Dentro del amplio abanico de médicos simpatizantes o militantes anarquistas, hay un sector interesado por la medicina naturista, de los cuales, José María Martínez Novella e Isaac Puente son los más destacados.
Martínez Novella nace en Alpuente (València) en 1896, se gradua como doctor naturópata en la escuela neoyorquina del Dr. Benedict Lust, para colaborar primero en el sanatorio de éste, hasta que abre uno propio en Cranburg, Nueva Jersey. Su actividad alcanza más allá del naturismo, es un difusor de la ciencia que escribe tanto en Helios y Naturismo como en Iniciales y Estudios.
Desde el naturismo y la medicina naturista, Isaac Puente, elabora dos conceptos antitéticos: el medicalismo y el sanitarismo. Puente cuestiona además la carrera y el papel del médico, se opone a la policía sanitaria y critica los absolutismos de algunos naturistas. Puente caracteriza el medicalismo como la fobia antimicrobiana necesitada de vacunas, lo cual le evita plantearse combatir el consumo de tabaco y de alcohol, la miseria y la ignorancia, transformando, de ésta forma, al medico en el único camino hacia la salud. En cambio, el sanitarismo supera las limitaciones de lo anterior, pues exalta la salud desarrollando las defensas del organismo, sin intentar adaptarlo a un medio social patógeno al que debemos derrocar y, a su vez, aumenta la cultura sanitaria en lugar del desarrollo de la complicación terapéutica.
El médico libertario cuestiona la carrera de medicina por su dogmatismo al ignorar la naturista pero, también, por su mercantilismo al dar a los conocimientos la característica de propiedad privada regulada por un código deontológico, sin hablar de la función social de la medicina.
Cuando, especialmente, los gobiernos republicanos promulgan leyes de policía sanitaria: declaración obligada de enfermedades infectocontagiosas o certificados prematrimoniales, Puente lo ve como un ataque a la libertad individual y a la integridad del organismo mediante las vacunas.
Los elementos de crítica de Isaac Puente a la medicina alopática también los hace extensivos a la naturista, es decir, los médicos naturistas no están libres de los vicios y defectos de los alópatas al tener que subsistir de sus conocimientos, aún que, a diferencia de aquellos, el autocontrol de la salud realiza la función de contrapeso. El médico libertario cuestiona, por ejemplo, dogmas como el del pan blanco, que es al que considera más una estafa -le quitan lo mejor de trigo- que un veneno. Igualmente relativiza el tópico de la eficacia de la vida natural, ya que en las grandes urbes no se puede ir más allá de una alimentación rigurosa y de tomar el sol los domingos que luce. Puente no le quiere restar importancia al naturismo, sino darle dimensión social en aspectos como el contemporizar con el uso de los medicamentos de la misma manera con que tenemos de contemporizar con un medio hostil.
Se pueden encontrar todas estas ideas en artículos como «Una falsa ruta de la medicina« (1931), «La libertad individual ante la Medicina«»(1933), «La nueva Universidad. La medicina que se expende en las Facultades» (1926) o «Sanitarismo. Supervaloración de la salud» (1931). También en sus obras Embriología (1924), Los microbios y la infección (1931) o La Fiebre: sus causas, su tratamiento (1934), o La higiene, la salud y los microbios (1935).
Otros médicos libertarios, sin considerarse naturistas, apoyan las iniciativas de Puente en el sindicalismo sanitario, son el zaragozano Augusto Moisés Alcrudo, fusilado en 1936, y el sevillano Pedro Vallina (1879-1970), firmantes los tres de una ponencia al Congreso de Sindicatos Únicos de Sanidad en 1931.
Tanto Roberto Remartínez (1895-1977) como Eusebio Navas (1881-1966), médicos naturistas los dos, sin considerarse anarquistas, son, el primero, un colaborador continuado de Generación Consciente/Estudios y, el segundo, con menor frecuencia, es tenido por igual como un viejo amigo desde el ámbito libertario.

EPÍLOGO: Ecologistas, veganos y anarcoprimitivistas

Independientemente del interés de todo lo expuesto referente al naturismo libertario, éste desapareció como corriente en 1939. La dictadura franquista ya se preocupa lo suficiente de que sea así. Por ejemplo, la sociedad naturista de la población alicantina de Alcoi no puede legalizarse hasta los años setenta, casi veinte años más tarde que el resto, debido al recuerdo de la tradición libertaria de la Sociedad Naturista Cultural, ejemplo de asociación naturista harto reconocido en su momento.
A finales de los setenta se da alguna reanimación: aumenta la presencia libertaria dentro de las asociaciones naturistas y se publican boletines de algún colectivo vinculado a C.N.T. o a C.G.T., como el del Colectivo Naturismo y Ecología del Ateneo Libertario Carabanchel (Madrid) próximo a ésta última. De hecho son intentos basados en el pasado, mientras las jóvenes generaciones que despiertan socialmente en los años setenta u ochenta andan por otros caminos considerados parciales por la C.N.T. debido, según ella, a que el ecologismo o el feminismo no tienen una alternativa global. El espíritu que en una época se manifiesta como naturismo libertario, está presente -no digo continua-, por ejemplo, en marzo de 1989, en la VI Asamblea de la Coordinadora Asamblearia del Movimiento Ecologista (CAME) cuando se adhiere a los doce puntos del Manifiesto de Daimiel. El quinto, extraído de un estudio del autor (1989), es lo suficiente elocuente:

«Rechazamos, por tanto, el modelo de producción capitalista, y consideramos insatisfactorio todo socialismo burocrático y, en general, cualquier fórmula socio-económica basada en el productivismo y en la acumulación de poder.» (pp.13-14)

Está presente, también, en toda la red vegana que desde la liberación animal aporta un vegetalismo de cariz social, muy relacionado con sectores del movimiento okupa: comedores, fanzines, música,...
Y, claro, no deja de estarlo, pero de otra manera, en la actual corriente anarcoprimitivista, la del Futuro Primitivo (1994) de John Zerzan que, desde los últimos estudios de antropología y arqueología, revitaliza la idea de la civilización como una degeneración portadora de estados y jerarquías.
Pero todo esto, realmente, ya es otro tema.

Josep Maria Roselló [1]



[1] Josep Maria Roselló, en el libro La vuelta a la naturaleza, estudia las cinco corrientes principales del movimiento naturista, analizando sus aportaciones teóricas y prácticas, la trascendencia de sus propuestas, las revistas y publicaciones que sirvieron de soporte a la difusión de sus ideas, así como sus figuras más destacadas.
Josep Maria Roselló es licenciado en Ciencias Políticas y Sociología por la Universitat Autònoma de Barcelona

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