Cuando la multitud hoy muda, resuene como océano.

Louise Michel. 1871

¿Quién eres tú, muchacha sugestiva como el misterio y salvaje como el instinto?

Soy la anarquía


Émile Armand

sábado, agosto 1

Homenaje a Cataluña


Homenaje a Cataluña
George Orwell
Virus
Bilbao 2000
269 págs.

Cuando en julio de 1936 se produce el levantamiento armado fascista contra la República española, George Orwell decide viajar a España para trabajar inicialmente como periodista; pero las circunstancias le llevarán a enrolarse en las milicias del POUM. Como miliciano luchará en el frente de Aragón y será gravemente herido en la garganta, toma parte de los sucesos de Mayo del 37 en Barcelona; y, como sus compañeros del POUM, sufrirá persecución por parte de los estalinistas del PSUC y se verá obligado a huir de España, atravesando la frontera como un simple turista. En 1938, cuando aún no había llegado a su fin la guerra civil, escribe Homenaje a Cataluña, donde relata sus experiencias en la Revolución española.
"De hecho, lo que había ocurrido en España no era una mera guerra civil, sino el comienzo de una revolución. Ésta es la situación que la prensa antifascista fuera de España ha tratado especialmente de ocultar. Toda la lucha fue reducida a una cuestión de fascismo frente a democracia, y el aspecto revolucionario se silenció hasta donde fue posible".
"Las milicias de trabajadores, basadas en los sindicatos y compuestas por hombres de opiniones políticas más o menos iguales, originaban la concentración del sentimiento más revolucionario del país y lo canalizaban en un sentido determinado. Yo estaba integrando, más o menos por azar, la única comunidad de Europa occidental donde la conciencia revolucionaria y el rechazo del capitalismo eran más normales que su contrario. En Aragón se estaba entre decenas de miles de personas de origen proletario en su mayoría, todas las cuales vivían y se trataban en términos de igualdad. En teoría, era una igualdad perfecta, y en la práctica no estaba muy lejos de serlo. En algunos aspectos, se experimentaba un pregusto de socialismo. (...) Desde luego, semejante estado de cosas no podía durar. Era sólo una fase temporal y local en un juego gigantesco que se desarrollaba en toda la superficie de la tierra. Sin embargo, duró lo bastante como para influir sobre todo aquel que lo experimentara".

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